Mi muro y opiniones de autoridades

domingo

Philosophy a guide to happiness, written and presented by Alain de Botton. Recursos educativos para ética y filosofía

Deseo compartir con todos estos audiovisuales presentados por el filósofo Alain de Botton. Desde que empecé a utilizarlos en las clases de educación ético-cívica, me dí cuenta de la facilidad con que captaban el interés de los alumnos por la filosofía, hasta el punto de que, pasado el tiempo, podían haber olvidados los contenidos más teóricos de la materia, pero recordaban a aquellos pensadores que trabajamos a través de estos vídeos, a saber: Epicuro, Sócrates, Séneca, Montaigne y Nietzsche.
Estos documentales de la BBC están basados en el libro también escrito por Alain de Botton, "Filosofía, una guía para la felicidad". Sinceramente creo que es un recurso de gran valor educativo para despertar la motivación de los alumnos hacia la filosofía, sobre todo, si va acompañado de una guía de cuestiones para investigar o/y debatir en clase. Hasta el punto de que algunos alumnos deseaban leer el libro de Alain de Botton. Os dejo enlaces para acceder a esta joya:

SÓCRATES : Autoconfianza, autoestima, autocontrol, independencia, autonomía personal, diálogo socrático, individuo y sociedad, presión social, conciencia.




EPICURO: felicidad, moderación, equilibrio, consumismo, austeridad, sobriedad, autonomía, amistad, reflexión.




SÉNECA: serenidad, autocontrol, autodominio, libertad y necesidad , frustración, ansiedad, estrés, apacibilidad, afabilidad, imperturbabilidad, paz interior.




MONTAIGNE: autoestima, prejuicios, complejos, escepticismo, autoconsciencia, finitud, limitaciones, docta ignorancia, sabiduría práctica




NIETZSCHE: sufrimiento, sentido, voluntad, creatividad, imaginación, proyecto de vida, amor a la vida, autosuperación, autoafirmación.




martes

La moral universal , una moral de lo razonable.


Cuando hoy en día se habla de moral suele entenderse que se va a tratar sobre los valores. En efecto, la moral comprende "tanto el conjunto de principios, valores y prescripciones que los hombres, en una comunidad dada, consideran válidos como los actos reales en que aquéllos se plasman o encarnan" ( Adolfo Sánchez Vázquez: Ética, pág.63. Grijalbo, 1984)  Raramente queda clara la naturaleza del "valor", pero sí parece que todo el mundo entiende de lo que se habla cuando se distinguen los valores ( económicos, estéticos, sociales, jurídicos, religiosos, etc.) Ahora bien, parece difícil hablar con sentido sobre los "valores" sin ponerlos en relación con las vivencias de los seres humanos. Vivencias de las que son expresiones sus valoraciones, sus juicios de valor. El valor sólo se da en relación con un sujeto que tiene capacidad de percibir y estimar un determinado aspecto del mundo por la forma en que puede afectar a los seres humanos. Como escribió J. Gómez Caffarena, " antes que de valores, hay que hablar de valoraciones" ( Metafísica Fundamental, pág 177. Ediciones Cristiandad, 1983). 

Si puede decirse que toda elección entraña un juicio de valor, también parece que en todo acto valorativo un sujeto percibe o atribuye a un objeto un determinado valor. Podrían valer como ejemplos la salud o la alegría, que son valores vitales, la utilidad, la verdad, la belleza, la justicia, la bondad, o sus opuestos, en el caso de tratarse de valores negativos. En el primer caso, su percepción es vivida como una relación con un fin que nos atrae o como exigencia de un deber cuyo cumplimiento se nos impone. En cualquier caso, lo que pasa es que se descubre la potencialidad o significación que tienen las cosas, no en sí mismas, sino por las consecuencias benéficas o perjudiciales para nuestra vida. Cuando juzgamos algo a la luz de un valor, lo calificamos desde una perspectiva a la que los escolásticos se referían con la expresión "sub aspectu boni", es decir, desde el beneficio que podría tener para el proyecto de una vida humanamente buena. Este "aspectus boni" voy a redefinirlo como lo que los hombres han podido considerar como deseable y conveniente  para sus vidas. Ya se puede ver que tal aspecto se encarna y concreta en formas normativas y efectivas muy diversas a través del tiempo histórico y la geografía humana. Pero nuestro tiempo, como no parece totalmente errado pensar, es aquél en el que hemos alcanzado un nivel de conciencia ética más global: junto con el pluralismo cultural de los códigos morales particulares, emerge una conciencia ética de valores universales, que representan el proyecto de un mundo dignificado en el que realmente todos los seres humanos tengan los mismos derechos y oportunidades para buscar su felicidad . Como sabemos es el gran proyecto ético basado en los Derechos Humanos. Así, pues, en nosotros se conjuga una doble conciencia: la de la gran diversidad de concepciones morales de la vida determinadas por las culturas y, al mismo tiempo, la existencia de un marco de principios normativos de validez universal.

Cada sociedad tiene su propio código moral con el que concreta su visión de los valores. La complejidad y diversidad del fenómeno moral se revela en estas concreciones culturales; nos referimos a los bienes. Les llamamos "bienes" porque se convierten en objetos de nuestras tendencias o deseos. Hay distintos tipos de bienes: los escolásticos solían distinguir entre los deleitables ( los objetos que producen gozo y disfrute ), los útiles ( los que son medio para un objetivo ulterior) y los bienes honestos ( los que son queridos en sí mismos, desinteresadamente). Ahora bien, una misma cosa puede ser un bien en cualquiera de estas tres clases, pues depende de la motivación con la que se quiere tal bien. Pero, en el caso del bien moral, sucede que, como bien observó Kant, se encuentra incondicionalmente unido al "bien honesto". En efecto, aunque se atribuya un valor moral a los actos porque tienen consecuencias que afectan a la vida humana, "lo bueno sin limitación" es - como dice Caffarena- "algo de la persona. Es la "persona buena" el objeto de nuestra suprema valoración. ( El juicio moral no será tanto: "esta acción es buena", cuanto: " Yo soy bueno con esta acción". O " tal persona es buena con tal accción") " ( M.F., 177)

Ahora bien, aún cuando es incontrovertible el hecho de un cierto relativismo de las morales, no sólo porque existen diversos códigos culturales, sino por la imposibilidad de que, desde cualquier moral particular, se pueda delimitar completamente el campo de todo lo potencialmente bueno; sin embargo, cabe hablar de un progreso histórico en la conciencia moral universal. Y, no, no voy a caer en el tópico de reiterar la Declaración de los Derechos Humanos como la evidencia de tal grado de universalismo ético. Porque no creo que tal declaración sea lo esencial de una moral universal. De hecho, aquélla podría evolucionar y perfeccionarse con el tiempo. Con ayuda del pensamiento crítico contemporáneo, podemos concentrar lo esencial de esta conciencia ética universal en los siguientes aspectos:


  • Creer que la única justificación aceptable para lo que sea moralmente correcto hacer ya no puede basarse ni en una conciencia ética monológica ni en una tradición colectiva, sino en una comunidad intersubjetiva y transcultural que sólo puede crearse mediante el diálogo basado en el libre intercambio de ideas discutidas racionalmente( es decir, en ausencia de toda forma de coacción y manipulación socialmente interesada)
  • Creer que la moral debe ser autónoma en el hombre. Como afirmaba Caffarena: " Si fuera "heterónoma", es decir, si siguiera una ley dictada de fuera, que no brotara de la misma voluntad del hombre moral, sólo podría hacer impresión en él presentándose en función de un atractivo propio, y recaeríamos en los imperativos hipotéticos de la utilidad o de la felicidad" ( M.F, pág. 180). No siempre se entiende bien esta autonomía moral, pues esta autonomía sólo puede ser la conquista de una lucha librada dentro de cada hombre, entre la capacidad crítica con pretensiones de entendimiento universal y las "otras leyes" que existen en los individuos y que les inclinan a buscar lo más beneficioso y útil para su satisfacción. 
  • Aceptar como único valor fundante la dignidad de todo ser racional como un fín en sí mismo , es decir, no olvidar absolutamente nunca que cada uno de nosotros comparte con los demás una misma naturaleza común, que le hace digno de la máxima consideración. Un sujeto es moral cuando representa un papel que dignifique a toda la humanidad, sin exclusiones ni distinciones. "Obra de tal modo que trates siempre a la humanidad, tanto en tu persona como en los demás, siempre como fin y no meramente como un medio" (Kant)
El hallazgo de la ética socrática: el universalismo ético.

lunes

EL CABALLO DE TROYA DE DESCARTES: EL SECRETO DEL GENIO MALIGNO

Mi investigación sobre el misterio de la hipótesis del Deus deceptor o, también, del genio maligno ha sido publicada por la Editorial "bubok". Con una dedicatoria expresiva de gratitud y cariño a nuestro Colegio 

CABALLO DE TROYA DE DESCARTES: EL SECRETO DEL GENIO MALIGNO

Este estudio sobre la famosa duda metódica de Descartes presenta una perspectiva diferente, nunca antes advertida, sobre el posible origen histórico de la hipótesis del genio maligno. Aunque Descartes siempre rehuyó el enfrentamiento directo con la teología y la filosofía oficiales, como buen conocedor de su tiempo, debió percatarse de la importancia determinante de la "angélica doctrina" de Urbano VIII en el segundo juicio contra Galileo. El autor plantea si los conceptos teológicos incorporados en el sistema de Descartes obedecen a una estrategia para desarmar y liquidar la posición ideológica de aquellos que, en nombre de la omnipotencia divina, se opusieron al realismo científico con objeto de convertir a la nueva física en un mero artificio técnico.

Un libro para descubrir el secreto escondido tras la famosa hipótesis del genio maligno y la duda metódica cartesiana. Descartes dejó escrito que al salir a la escena mundana se presentaría disfrazado. Una investigación histórica rastrea y pone al descubierto los motivos que este autor no se atrevió a confesar. En su sistema filosófico están las claves para descifrar la contienda que Descartes quiso librar a su modo contra los jueces que condenaron a Galileo. La clave es la idea de omnipotencia divina. Descartes la utilizó para contraatacar la "angélica doctrina" de Urbano VIII. Este libro descubre lo que ha pasado desapercibido durante siglos. 

¿ Qué permanece en secreto detrás de la ficción del genio maligno y la duda metódica?. Este libro da claves para iluminar el enigma e interpretar desde otra perspectiva histórica sus intenciones y su pensamiento.